Encuentro
pasó por estos sotos con presura;
y, yéndolos mirando,
con su sola figura
vestidos los dejó de hermosura.
Cuando llegó al lugar donde tenía por costumbre descansar y refrescarse oyó una dulce canción, melodía tan hermosa no era arte humano.
Arrullado por el sonido llegó al mundo de los sueños, donde pocos hombres logran entrar.
Los reptiles lo encontraron recostado cerca del arroyo.
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